sábado, 11 de abril de 2009

2 parte - El grupo Colina: el recuento de los daños

Cómo se descubrieron las fosas de Cieneguilla

El descubrimiento de las fosas fue un hecho trascendental, que originó un vuelco total sobre la situación de los desaparecidos de La Cantuta.

Testimonio de Justo Arizapana

Esta historia, comenzó en abril de 1993, cuando en horas de la noche, unos autos y personal militar con cajas ocultas ingresaron a un lugar de Cieneguilla. Excavaron y rápidamente se fueron. El sitio era mi lugar de trabajo como reciclador. Al amanecer comprobé con mis propias manos que se trataba de seres humanos quemados. Al instante lo relacioné con los desaparecidos.

Busqué a mi amigo Catacora, regresamos al lugar y ahí elaboramos un mapa y tomamos un hueso como prueba de la denuncia, los que fueron entregados a Róger Cáceres Velásquez. A la vez recurrimos al periodista Juan Jara. A los pocos días él tomó fotos de Cieneguilla y le entregamos el plano. Cuando en julio del ’93 lo detuvieron tuvimos temor. Pero aunque fue difamado y torturado nunca reveló los nombres de los autores del croquis. Eso nos salvó la vida. Ante el peligro que significaba la dictadura, tuvimos que huir y vivir en la clandestinidad.

*Catacora emigró a Italia, junto a su hija, y Arizapana se refugió en la sierra

Fuente: Caretas


*Roger Cáceres Velásquez: ex congresista, presidente de la Comisión de Derechos Humanos que investigó el asesinato de la Universidad La Cantuta. Abogado y filósofo de profesión.

*El argumento del gobierno fue que no existían las pruebas materiales de crimen alguno. En otras palabras, mientras no aparecieran los cadáveres, no se podía probar que hubiera existido una ejecución extrajudicial.

*El mapa permitió descubrir las fosas con las pruebas de la matanza que el gobierno reclamaba. Los cadáveres del profesor y los nueves alumnos secuestrados y ejecutados extrajudicialmente, fueron el inicio del proceso al Grupo Colina y a sus gestores.


OTRA VÍCTIMA:




Mariela Barreto: agente del SIN

Mariela Barreto, la mataron porque la culparon de haber entregado la información a la revista “SÍ” sobre la cantuta y de haber entregado los números de las placas de las camionetas que sacaban la tierra del túnel que se construyó bajo la residencia del embajador japonés


PLAN TIGRE - 96

El coronel (r) Sánchez Noriega se desempeñó entre los años 1996 y 1997 como jefe del SIE.
Fue quien declaró que a causa de la filtración de informaciones de inteligencia a la prensa producida en el primer semestre de 1996, el Servicio de Inteligencia del Ejército elaboró y puso en ejecución el denominado "Plan de Operaciones Tigre-96". Su objetivo era: "detectar, identificar, neutralizar y capturar al personal militar que pudiera estar proporcionando información a la prensa".

Mariela Barreto, Leonor La Rosa e Isaac Paquillauri fueron las principales víctimas de este operativo.

Mariela Barreto fue asesinada y descuartizada en marzo del 96. Sus restos aparecieron en un tramo de la carretera a Canta.

Fuente: La república

1 parte - El grupo Colina: el recuento de los daños

Para aquellos que no vivieron o tal vez eran muy chicos para entender lo que estaba sucediendo en el País, un recuento de lo que fue y lo que hizo el grupo Colina.

En primer lugar el grupo Colina era un grupo clandestino. Fue un escuadrón asesino que operó en el Perú durante el gobierno de Alberto Fujimori en la década de los 90; también acusado de violación contra los derechos humanos. Este escuadrón fue dirigido por Santiago Martín Rivas, en ese entonces Capitán del Ejército Peruano.

Por primera vez aparecen los nombres de: Martín Rivas y Carlos Pichilingue

El grupo colina empieza en Barrios Altos en noviembre del 1991. Su última acción importante es la masacre en la Universidad Enrique Guzmán y Valle, más conocida como La Cantuta, (debido al nombre de la zona donde se encuentra), el 18 de julio de 1992. Sus actos posteriores justo terminan cuando en diciembre de 1992 sale un artículo de la revista “Sí”, en ese entonces dirigida por Ricardo Uceda, titulada: Sociedad para el Crimen. Es en este artículo donde aparecen por primera vez los nombres de Martín Rivas y Carlos Pichilingue como involucrados.

Fuente: Edmundo Cruz, parte del área de investigación del diario La república

Breve repaso sobre la matanza de La Cantuta

Como muchos saben fue en la madrugada del 18 de julio de 1992, cuando miembros del Servicio de Inteligencia del Ejercito (SIE) y de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINTE), entre ellos, Marín Rivas y otros integrantes del grupo Colina, irrumpieron en las viviendas de los estudiantes y profesores de la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta. Los militares se llevaron al profesor, Muñoz Sánchez y a nueve estudiantes, a quienes dieron muerte.

Luego los cadáveres de las víctimas fueron enterrados clandestinamente, en tres fosas en la Zona denominada Cerro Rosa; para posteriormente, después de una denuncia pública por el congresista Henry Pease, los autores materiales del asesinato procedieran a desenterrar los cuerpos, incinerarlos y a trasladarlos a nueve fosas clandestinas en Cieneguilla.