Cuando estaba en el cole, me parecía que las cosas que hacía eran tan chéveres y ahora comprendo que hay acciones que cuando uno va madurando lo va tomando como algo tonto, aunque cuando las recuerdas, pues sin querer te arrancan una sonrisa. Por algo dicen que cuando uno se ríe a solas es porque de alguna travesura se acuerda…Los tiempos han cambiando y la educación también. Los profes ya no son los de antes, con una regla de madera en mano… rostros serios y aburridos. Ahora apoyan a sus alumnos siempre y cuando sea para bien. Hay mucha comunicación y confianza limite, siempre guardando respeto.
Creo que trabajar con nivel inicial y con nivel secundario, dos lados extremos de la formación educativa, en realidad es difícil. Por un lado el poder convencedor de los berrinches, las miles de veces que dices “Silencio” en el aula, un caramelo de premio al que se porta bien; contarles cuentos, etc… Por el otro lado las jergas, las lisuras, el más chévere del salón, el más pepa, el que se la quiere dar de gil, entre otras cosas es decir también etcétera… ah! Y la palabra “silencio” otra vez. Sí señores esa palabrita que todos sabemos, pero que pocos quieren acatar; así es y así será. Por los siglo de los siglos ...
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