
De San Martin de Porres hasta el Ovalo de Santa Anita la tarifa era 30 soles. Pero la persona que preguntó no fue tonta, pues llegó a un acuerdo con el chofer, le dijo que si conseguía tres puntas más que iban al mismo destino le cobraría 10 soles por persona; así que este personaje no dudó y llamó alzando la voz, mismo cobrador: alguien va hasta el Ovalo de Santa Anita?. Varios corrieron a su grito, pero solo se fueron cinco a seis soles cada uno.
Una hora después salieron las combis, las de la ruta “Acho – Vitarte”. Apenas la gente avizoró uno, se fueron en mancha a treparse de él, pero lamentablemente solo llegan a subir los más osados, olvidándose por un momento del respeto por los mayores y en otros aspectos también.
Fueron pasando los minutos y la gente empezó a llamar a sus respectivos trabajos para excusarse por la tardanza, otros decidieron caminar hasta el puente Universitario para probar suerte de que pase algún carro que lo lleve a su destino o cerca de él. Pero siempre volteando de rato en rato para ver si pasaba alguna combi con cupo aún.
Después de un rato, de repente empezaron a salir los carros entre buses y custers de diferentes líneas, aunque no todas. Ya era un alivio. Muchas personas empezaron a detener su paso para alojarse en las esquinas y tomar el primer micro que las dejará al menos cerca de sus instituciones laborales. Y así termino el recuento de cuatro horas de un paro anuciado pero no pronunciado.
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